Entre una senyora amb globus per als nens, un fabricant de bastons i una castanyera, a La Vanguardia del 21 de gener del 1931 destaquen un nou tipus de venedor ambulant que cal afegir al catàleg de Barcelona: “los chinos de los collares y las baratijas exóticas [...] con el brazo lleno de collares de todas suertes, desde los que ensartan perlas más o menos bien imitadas, hasta los formados por abalorios caprichosos, amén de los abanicos de marfil para caballero,